Vivir con esclerosis múltiple

Un 31 de julio de 2001, Javier Artero, futbolista profesional, se levantó como cada mañana para ir a entrenar, cuando sintió un mareo. Esa misma tarde ingresaba en el hospital sin poder andar. En cuestión de horas tuvo un diagnóstico que le atravesó como un rayo: padecía esclerosis múltiple. Hoy, con 46 años, y casi el mismo tiempo diagnosticado que no, ha dejado de preguntarse «¿por qué a mí?». Sabe que no va a obtener respuesta, tampoco le importa ya. Con el tiempo la sustituyó por otra: «¿Y ahora qué?». Para esta sí tiene respuesta: «Ahora, todo». Este libro habla de...