Lo que el aire mueve

Dorian es un vanidoso programador que simplemente quiere que lo dejen en paz para escribir su obra maestra. Es un hastiado desarrollador de Inteligencia Artficial con una familia que no quiere nada que ver con él, trabajando para una compañía estancada. En su tiempo libre, también está trabajando en un proyecto secreto, combinando las últimas áreas de investigación de su compañía en su prototipo, que él sabe, que cambiará el mundo. Pero debe comenzar con algunos cambios en su propio mundo.

'Un triángulo amoronstruoso perfecto' —Guillermo Arriaga, escritor de 'Amores Perros', 'Babel y 21 gramos'—. 'Una novela contagiosa: y no porque al final de cada capítulo uno quiera lavarse las manos, sino porque después de leer la primera página no la quiere soltar. Al ingenio de Fernando Gómez se le suma en esta edición el talento de Carlos Jacanamijoy, que viene de una tierra de médicos ancestrales: no había nadie mejor para ilustrar esta novela asquerosamente deliciosa de leer'. —Fernando Quiroz, autor de 'Justos por pecadores' y 'Tanto Bogotá'—.

Morgan Drake witnesses a murder in an alleyway. He is the only person who can give evidence in prosecuting the cop responsible for the crime. When the FBI safe house where he’s being held is compromised, he follows the instructions of his agent in charge and runs. Nik Valentinov works for Sanctuary, a foundation that offers witness protection when FBI security is questionable. When Morgan's handler sends him to Nik for safety, neither Morgan nor Nik could imagine that two weeks alone in a cabin in the woods could start something more. Something way more than just trying to keep Morgan...

Una adictiva obra de intriga ambientada en la Alemania de los años treinta Alemania, 1933. Mientras Hitler completa su asalto al poder, alguien busca desesperadamente un antiguo espejo italiano. Y no duda en matar a quien se interponga. La investigación es encomendada al inspector Menz, cuyo mayor mérito profesional fue el hallazgo de una dentadura postiza. Hasta la invención del espejo, en la Venecia del siglo XVI, nadie había contemplado con detalle su propio rostro. Un espejo de Murano valía más dinero que un cuadro de Rafael. Hubo quien buscó en el reverso y utilizó la oscuridad...