Elizabeth Keckley, nacida en 1818, fue una notable modista, escritora y activista afroamericana que se destacó durante el siglo XIX en los Estados Unidos. Su vida es un reflejo de la lucha y la resiliencia en un período marcado por la esclavitud y la guerra civil.
Nacida en la ciudad de Winchester, Virginia, Elizabeth fue la hija de una esclava llamada Mary y de un hombre blanco cuya identidad nunca se conoció. Desde temprana edad, Keckley fue vendida como esclava a diferentes dueños, lo que la llevó a desarrollar una fuerte determinación por su libertad. A pesar de las adversidades, Elizabeth aprendió a coser, una habilidad que más tarde le sería de gran utilidad.
En 1855, tras comprar su libertad por 1,200 dólares, Elizabeth se trasladó a St. Louis, Missouri. Allí, abrió su propia tienda de modas, donde rápidamente ganó fama por su talento excepcional en la creación de prendas de vestir. Su éxito le permitió establecerse socialmente entre la élite de la ciudad, aunque se mantuvo muy consciente de su origen y las luchas de su comunidad.
Su vida dio un giro significativo en 1861, cuando se mudó a Washington D.C. después de que su tienda fue afectada por la Guerra Civil. En la capital, Keckley se convirtió en la modista personal de Mary Todd Lincoln, la esposa del presidente Abraham Lincoln. Esta relación le proporcionó una cercanía a la política y la cultura de la época, y la convirtió en una figura conocida en los círculos sociales de la época.
Elizabeth Keckley no solo se destacó por su habilidad en la moda, sino también por su compromiso social. Durante su tiempo en la Casa Blanca, se dedicó a ayudar a los soldados heridos y a las familias de los soldados, lo que la llevó a involucrarse en el Comité Sanitario de la Unión. Su trabajo la llevó a abogar por la educación y el bienestar de la comunidad afroamericana, promoviendo la importancia del conocimiento y la formación.
En 1868, Elizabeth publicó su autobiografía titulada Behind the Scenes: Or, Thirty Years a Slave, and Four Years in the White House. En este libro, narró su vida como esclava y su experiencia como modista en la Casa Blanca. La obra fue pionera al ofrecer una perspectiva única de la vida en la Casa Blanca desde el punto de vista de una mujer afroamericana, y aunque recibió críticas mixtas, hoy en día es considerada un importante documento histórico que ofrece una visión del contexto social y político de la época.
A pesar de su éxito, Elizabeth enfrentó numerosos desafíos tras la muerte de Abraham Lincoln en 1865. La viuda, Mary Todd Lincoln, se encontró en una situación económica difícil, y Elizabeth fue despedida de su puesto. Sin el apoyo de la familia Lincoln, Keckley luchó para encontrar estabilidad financiera, lo que la llevó a caer en la pobreza. Sin embargo, nunca dejó de abogar por los derechos de los afroamericanos, participando activamente en el movimiento por la abolición de la esclavitud y el sufragio femenino.
En sus últimos años, Elizabeth Keckley se trasladó a Washington D.C., donde continuó su labor como activista y escribió varios artículos sobre la lucha por la igualdad y los derechos civiles. Falleció el 16 de mayo de 1907, dejando un legado significativo no solo en la moda, sino también en la lucha por los derechos de los afroamericanos y la igualdad de género.
La vida de Elizabeth Keckley es un testimonio de la fuerza y el ingenio de las mujeres afroamericanas en tiempos de adversidad. Su historia sirve como inspiración para futuras generaciones en su constante búsqueda de justicia y equidad.