Lleida infectada

«Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa». Con esta frase comienza la famosa novela de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio, que cuenta la vida de la familia Bennet y sus cinco hijas, Jane, Elizabeth, Mary, Catherine Y Lydia. La señora Bennet ve el matrimonio como la única esperanza para sus hijas. Con la llegada al vecindario de Mr. Bingley, un joven rico y soltero, y su apuesto amigo, Mr. Darcy, la vida de las muchachas se ve revolucionada... Mientras Mr. Bingley se embelesa con Jane, la mayor de las hermanas, el altivo...

Dice la prima Adelaida que cuando se enamora siente "mariposas de colores en el estomago." Cecilia comenta que le gustan los hombres que le "hacen reir." La rubia mas influyente del mundo se llama Barbie y es una muneca. La "muneca hinchable" les tiene hartos, no tiene personalidad! Sobre el sexo no hay manera de quitarse de encima y de abajo, tabues, prejuicios, creencias, miedos, hipocresias. Quizas nuestros personajes estan por la labor de desmantelar tanta miseria, sin trampas. Ya es hora. Que corra la voz y no la pille nadie. Cada vez mas gente y con mas poderes, trata de manipular a los ...

Cinco inquietantes relatos, tan diferentes entre sí como terroríficos, en los que el autor explora diversas vertientes del género del terror, desde el miedo más sutil hasta los más profundos y grotescos horrores, dignos de las peores pesadillas. Ninguno de ellos te dejará indiferente.

Katrina había tratado de olvidar que seguía casada con Nicos Kasoulis. De recién casados, los había consumido la pasión... pero después Katrina había llegado a la conclusión de que su flamante esposo tenía una aventura... Después de meses intentando olvidar al sexy magnate con el que se había casado, Katrina descubrió que, de acuerdo con el testamento de su padre, no podría hacerse con el control de la empresa familiar a menos que se reconciliara con Nicos. Convencida de que su marido esperaba que ella se negara a obedecer tal condición, Katrina pensó que quizás sería...