Fútbol y exilio

Desde hace más de treinta años Laly Ruiz recibe a personas desesperadas por no sentirse a gusto con su cuerpo y las transforma en seres ágiles, sanos y satisfechos consigo mismos. En un momento en que surgen infinidad de gimnasios low cost y donde el riesgo de padecer lesiones por una mala práctica aumenta de manera alarmante, la autora nos ofrece un método que no contempla efectos secundarios indeseados. Esta obra incluye unas completas tablas de ejercicios y una novedosa guía para aprovechar las rutinas cotidianas (pasar la aspiradora, planchar, etc.) para mejorar el cuerpo y no...

Hoy nadie discute el placer y la emoción que supone navegar a bordo de un pequeño catamarán. En cuanto a los grandes, a pesar de que todavía tienen detractores, lo cierto es que el número de adeptos va en aumento, y muchos de quienes los desechaban se han convertido en acérrimos defensores tan pronto han tenido la oportunidad de navegar en ellos. En Manual del catamarán se explica la evolución de los multicascos, así como la teoría de su comportamiento, prestando especial atención a sus diferencias con los veleros convenciorales. Después de revisar los aspectos básicos de la...

Segundo número de este libro recopilatorio de narraciones ciclistas que pretende ofrecer textos de calidad redactados cada año por periodistas, escritores/as, deportistas que si tienen algo en común, es su pasión por el ciclismo y las letras. Llega el vol. 2 de la colección El Afilador, tras el primer número publicado en 2016. A algunas firmas ya presentes en el vol. 1, se suman nuevos nombres: el redactor de ciclismo del diario El País Carlos Arribas debuta en El Afilador con un delicioso texto sobre Txomin Perurena, el esprínter vasco que llegó a ganar la montaña del Tour. El jefe ...

Solo una hora después de que culminara la ceremonia inaugural del Mundial 82, ETA asesinaba a un guardia civil en el puerto de Pasajes. La banda había anunciado que no atentaría directamente contra la competición: a ellos también les gustaba el fútbol, decían, aunque quedaba intacto el riesgo de que el escaparate de la recién descorchada democracia española pudiera saltar en añicos. Así, bajo el pánico a una irrupción terrorista, rodó el balón aquel verano. La selección española no dio pie con bola. Fueron nuestros «primos» italianos los que lo bordaron. Nadie daba un duro...