Diario de un soldado de Napoleón

Tres mujeres. Tres generaciones. Tres historias separadas por el tiempo pero unidas por un mismo destino. En un futuro no muy lejano, la humanidad ha experimentado un cambio radical. La sociedad no contamina. El hambre, las guerras y las desigualdades han sido erradicadas y el mundo entero colabora conjuntamente en aras del bien común. Pero, tras la gran hecatombe del año 2025, el nivel de población ha sido reducido al 10 % respecto a la actualidad. La vida de una adolescente cambiará para siempre tras encontrar un documento perdido. Y gracias a su lectura descubrirá un secreto oculto...

Manuel Quintáns López (Galicia, 1961) escribió estos cuentos en el período de 10 años entre dos ingresos en prisión: En 1989 en la de máxima seguridad de Alcalá-Meco (España) tras ser detenido como militante del Exército Guerrilheiro do Povo Galego Ceive (EGPGC) y en 1998 en el Reclusorio Norte de México DF, al ser solicitada su extradición por la misma causa. Algunos fueron publicados en periódicos mexicanos y obtuvo premios literarios dentro y fuera de la cárcel, tanto del gobierno español como del mexicano. Los beneficios obtenidos con la venta de este libro se destinarán...

Su beso podría ser su perdición... Cuando el dragón cambiaformas Kristofer siente encenderse la tormenta de fuego en su interior, sigue ansiosamente aquella chispa hacia su pareja destinada. Para su sorpresa, el celo lo guía hasta una valquiria resuelta a reclamar su alma. Aun así, Kristofer nunca ha conocido a una mujer tan atractiva como la feroz guerrera ante él. Su confianza en la tormenta de fuego lo lleva a convencerla para pelear a su lado en vez de en su contra. Intercambiar la vida de un dragón por la de su hermana valquiria debería ser una decisión fácil para Bree... hasta ...

Acabada la Segunda Guerra Mundial, las mujeres y los niños alemanes de Prusia Oriental quedaron abandonados a su suerte ante el avance victorioso del Ejército Rojo. En medio de aquel terrible invierno, las mujeres trataron de ayudarse entre sí, mientras algunos niños se atrevieron a cruzar los bosques y la frontera para alcanzar Lituania y, una vez allí, pedir comida o trabajo a los granjeros y traer de vuelta lo que consiguieran. Esos niños conocieron la crueldad, la violencia, pero también la amabilidad y solidaridad, incluso el heroísmo. A esos niños los llamaron "los niños-lobo".