El cuarto violeta
«Convertirme en viuda me lanzó a rastrear algo o alguien que yo vislumbraba al acecho. Y se me cruzó la loca idea de que si estaba atenta lo vería, oiría, olería, tocaría. Mis sentidos no iban a equivocarse», dice la protagonista de este viaje iniciático al pasado. Pero se le impone el futuro, inquietante, imprevisible, aunque anticipado en las visiones que le permiten seguir las huellas de dos crímenes.