Que no caiga la fe

Esta publicación quiere ser un homenaje al gran cristiano, al servidor de incontables comunidades cristianas y al excelente teólogo que fue Julio Lois. Puede ser considerada como una especie de testamento espiritual que recuerde a quienes le conocieron, y aproxime a quienes no tuvieron esa suerte, lo esencial de sus enseñanzas y algo de su ejemplo. En efecto, en Julio, obra teológica y testimonio de vida están en coherencia perfecta, porque su vida fue la fuente de la que procedía su reflexión y el criterio que verificaba la verdad de sus conclusiones, pero su obra, a la vez, explica...

El Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen (en francés, Traité de la vraie dévotion à la Sainte Vierge) es la obra principal del santo Luis María Grignion de Montfort quien fue un teólogo, sacerdote misionero y escritor francés, miembro de la Iglesia católica y canonizado por esta. Donde expresa la práctica de la Consagración a Jesucristo por medio de la Virgen María. Fue impreso en el siglo XIX, traducido a centenares de lenguas y conoce desde entonces una amplia difusión, sirviendo de inspiración para muchas comunidades cristianas.

La obra cuenta en un lenguaje irónico y tierno las experiencias de un joven profesor durante sus primeros anos de docencia en un internado en Francia.

Hace ahora casi cinco anos manifestome el autor del presente estudio su deseo de escoger como tema de su disertacion doctoral un argumento que tuviese relacion con la historia de las cuestiones que hoy mayormente interesan a los estudiosos del derecho canonico, specialmente quella que aranen a la esencia misma de ese Ordenamiento. Yo le propuse entonces el confrontar entre si los elementos que sobre eso ultimo pudiesen hallarse en las doctrinas de Sto. Tomas y Suarez. Bien pronto, sin embargo, me hizo saber el autor que la serie de textos recogidos en las obras del Angelico era ya tan amplia...

La primera pregunta que registra la Biblia es: ¿Dónde estás tú? Esta pregunta está, en sí misma, llena de interrogantes. Dios sabía dónde estaba exactamente Adán, pues Dios no tiene preguntas para sí; sus preguntas son aquellas que el hombre necesita responder para volver en sí, para recuperar su sentido y adquirir cordura: porque lo humano sin Dios deviene inhumano. El autor titula la obra El hombre frente a Dios, porque cree que puede ser el principio de una respuesta individual a aquella pregunta antigua, ¿dónde estás tú?, cuyo eco se va repitiendo en cada ser humano. Esta...