No sé quién eres y me da igual

Estoy rodeada de traidores. Es duro asumirlo, sin embargo he llegado a esta conclusión después de verme sola. Mi prometido se ha ido con otra y en vez de decírmelo a la cara, me manda un triste mensaje de voz tras abandonarme en un crucero de lujo en el que íbamos a desconectar y a disfrutar de tiempo para nosotros. Mi empresa de moda se tambalea. Nunca pensé que, después de tanto esfuerzo, mis colaboradores, en los que había depositado toda mi confianza y a los que había pagado sueldos astronómicos, se pusieran de acuerdo en hacerme la puñeta. La prensa especializada en moda me ha...