Extraviados en el frenesí

Otra vez enamorada Raye Morgan Marc Huntington llevaba años evitando que se vendiera la propiedad de su familia. Por suerte, vigilar a la competencia no le resultaba difícil: Torie Sands era tan bonita como misteriosa... Torie había regresado a su antiguo hogar para limpiar el nombre de su difunto padre, no para enamorarse del enigmático Marc... una vez más. Los secretos de los famosos Charlotte Phillips Soy Jen Brown, periodista, y te invito a compartir conmigo un proyecto de investigación: ¿puede una chica corriente cazar a un millonario de Chelsea si tiene el aspecto adecuado? Ese...

La Galatea es la primera obra que escribio Cervantes. Aunque solo concluyo la primera parte, en su lecho de muerte todavia se acordaba el autor de su proposito de acabarla. El siguiente libro que escribio Cervantes despues de este fue el Quijote, veinte anos despues.

Esta obra revela el desengaño en la ilusión por el amor idealizado y juvenil de Gabriel, quien tras su vuelta del Camino de Santiago, descubre en Clara, una fémina esbelta que actúa con generosidad en su relación hacia él como asiduo al bar en el que ella ejerce su labor. La confianza adquirida por Gabriel le lleva a no temer la soledad, vista siempre como algo extraño. Tras sucesos que le truncan su prosperidad, como el propio desengaño amoroso, Gabriel se centra en la sencillez de lo que le es factible para no abatirse pese a la incertidumbre; la observación de la naturaleza y las...

Después de sorprendernos con ·La bailarina y el rubí", Barry Unsworth se atreve esta vez con el mito de Ifigenia. La historia de la hija de Agamenón permite a Unsworth recrear uno de los episodios iniciales de la Guerra de Troya. La trama arranca cuando, retenido en Áulide con toda su flota, el rey de Micenas, decide sacrificar a su hija para obtener así el favor de los dioses y lograr la victoria en Troya. Ifigenia, el inmortal personaje capaz de fascinar a artistas tan dispares como los pintores John Everett Millais o Frederick Leighton, escritores como Eurípides, Boccaccio o Racine...