El Hombre Que Tenía Tres Pelos

Claudia esta ́ su ́per emocionada. ¡Van a construir una piscina en su casa! Pero para hacerlo, hay que talar el a ́rbol donde esta ́ la casita en la que paso ́ tan buenos momentos. ¿Co ́mo poder olvidarla? Atrapada entre el pasado y una piscina, Claudia no sabe que ́ hacer.

En una ciudad grande, tan grande que todos sus habitantes parecen bichitos, se abre una ventana en forma de una página que al pasar nos cuenta historias. Allí vemos al niño que siempre heredaba la ropa de sus hermanos pero en abril, para su cumpleaños, recibe unos calcetines nuevos. Allá, Angélica lleva a su pato al cine, hasta que un día alguien con una linterna le dice que no pueden estar ahí. Y así, página a página, conocemos los acontecimientos grandes y pequeños de las personas de esa ciudad, a veces alegres, a veces tristes, como es la vida. Las ilustraciones de Manuel...

Onomatopeyas, metáforas gráficas, collage, colores complementarios, tipografías palo seco y serif cargaron de vida esta historia que es una pequeña ventana a nuestras realidades, sociedades llenas de ruido, incomunicadas, poco incluyentes y segmentadas que a veces desconocen al otro. Esta historia es una invitación a complementarnos, a sumarnos, a encontrarnos, a establecer el diálogo, a aceptar la diversidad, a escucharnos.

Se acerca una tormenta, y Katie está preocupada. ¿Y si se quedan sin comida? La familia de Katie y sus amigos van a la tienda del Sr. Nelson a comprar provisiones y, de paso, aprenden una lección sobre la compra y venta. ¿Quién hubiera imaginado que allí aprenderían tantas cosas?