Cuando se enfría la sopa de letras

- Bibliografía sobre el autor y su influencia en el teatro actual. Habitación blanquísima del interior de la casa de BERNARDA. Muros gruesos. Puertas en arco con cortinas de yute rematadas con madroños y volantes. Silla de anea. Cuadros con paisajes inverosímiles de ninfas o reyes de leyenda. Es verano. Un gran silencio umbroso se extiende por la escena. Al levantarse el telón está la escena sola. Se oyen doblar las campanas. Así sitúa el autor la primera escena de su obra.

La señorita de Trevélez, de Carlos Arniches (Alicante, 1866, Madrid, 1944), es, ante todo, una gran comedia no solo porque tenga mucha gracia, sino porque resuelve las contradicciones y las aparentes promesas de tragedia de la trama por medio del sentido del humor. La comedia, y sus márgenes específicos de resolución de los conflictos que la generan y sostienen, permite salidas y finales que en el drama o la tragedia no serían posible. Por eso el autor la subtitula con acierto «Farsa cómica»

El sabor de lo prohibido. Solo tres días antes de su gran boda, el detective Jacob Carver dejó a Clair Beauchamp estupefacta al comunicarle que en realidad era una Blackhawk. Aquella era la excusa perfecta para escapar de un matrimonio sin amor, así que Clair le pidió a Jacob que la llevara con su verdadera familia. Su viaje encendió una pasión a la que no tardaron en rendirse. Pero no podían dejar de preguntarse si toda aquella felicidad acabaría cuando entraran en el mundo de poder y privilegios del que ella provenía.

El Caballero Shánhuinic, El Hombre Serpiente y los Anillos de la Bruja Por fin, el caballero Shánhuinic, el hombre serpiente se ha liberado de las peligrosas manos del hombre. Durante siglos puso en riesgo su vida. Cuántas veces estuvo al borde de la muerte por los machetazos y garrotazos que recibió por atravesarse en los caminos convertido en esa enorme serpiente, trayendo en su espalda el pesado baúl lleno de tesoro. Pero gracias a Nicolás aún con su entorpecido cerebro pudo auxiliarlo y salvarle la vida de los últimos machetazos que recibió. Más que un reconocimiento, es un...