Bacalao

Colección de relatos con cuentitos más largos, otros muy cortitos, pero todos con un denominador común: no dejar indiferente al lector.

Después de los elogiados Cuentos del Jíbaro y La línea Plimsoll, Juan Gracia Armendáriz pone su certera prosa al servicio del Diario del hombre pálido, su vivencia más íntima transfigurada en texto literario y recogida en este diario, una historia real convertida en una obra maestra del género. Como dice el propio autor: «Créanme, es asombroso comprobar cuántas perlas brillantes pueden hallarse en el oscuro nacedero de la enfermedad.»

Ventura te dé Dios, hijo. Tirso de Molina Fragmento de la obra Jornada primera (Sale Otón, de estudiante, con el Arte de Antonio de Nebrija en la mano.) Otón: ¿Qué os hice yo, estrellas pías, que tanto me perseguís? ¿Qué confusión infundís en estas potencias mías? En un año que ha que intento, por dar a mis padres gusto, estudiar, y el Arte ajusto a mi torpe entendimiento; por más que, a costa del sueño, niego a la cama el tributo y decorando sin fruto soy más incapaz que un leño, la primer conjugación aún no he podido aprender, ni el primer tiempo saber, tarea de mi...

Le ofreció a aquella mujer un matrimonio de conveniencia, pero en realidad quería algo más... Mack McGruder había acudido para deshacerse de otra de las amantes de su hermano que afirmaban estar embarazadas de un hijo suyo, pero resultó que era cierto que el bebé de Addy era de su hermano... ¡y estaba de parto! Mack no podía abandonarla después de haber estado a su lado durante el parto, así que le ofreció un apellido para su bebé y un casto matrimonio, a pesar de lo mucho que la deseaba. Viviendo bajo el mismo techo, la tentación no tardó en hacerse insoportable...