Nunca miras mis manos
Corina sabía que encontraría un hombre que la haría vibrar con toda la pasión que bullía en su interior. Esta es su historia. Corina Jacoby nunca ha sido feliz. Como mucho a instantes. Creció rodeada de falsas dignidades, de miedos, pensando que sentir como ella lo hacía era pecado. Sin embargo, siempre creyó que en algún lugar existía ese hombre que la haría vibrar hasta el tuétano con la pasión que bulle constantemente en su interior. Un día, sin convicción alguna, más bien por tedio, entró en un chat. Allí estaba a gusto, porque podía ser ella misma, expresar sus...