Volcán dormido
Jane estaba segura de que nada podía hacerle perder la cabeza... hasta que conoció a Devlin Kavanagh, el encargado de reformar la mansión que ella y sus dos mejores amigas acababan de heredar.Devlin irradiaba una sexualidad irresistible, pero Jane había visto cómo las pasiones desatadas convertían a sus padres en seres egoístas y superficiales, y no estaba dispuesta a que lo mismo le sucediera a ella.Dev podía ocuparse de las reformas con los ojos cerrados, pero no podía borrar de su cabeza la imagen de la propietaria. Su severa indumentaria y sus rígidos modales aconsejaban...