Artículos de costumbres

Pocos escritores españoles han ejercido sobre las generaciones posteriores la seducción que ha logrado Mariano José de Larra. Junto a su tumba se proclamó el Romanticismo español, alzaron su bandera los hombres del 98 y, más tarde, frente a ellos, los vanguardistas. Lo reivindicaron, a raíz de la guerra civil, unos y otros. El secreto de este poder de convocatoria radica, sin duda, en el maridaje que en él se da entre la vida y la obra y que le lleva, entre éxitos profesionales y fracasos amorosos, a suicidarse a los veintiocho años. Pero es sus literatura lo que lo mantiene vivo. Y ...