Escultoras en su contexto
Autor: Raquel Barrionuevo Pérez
Número de Páginas: 138
Considerado un “oficio” masculino, no apto para mujeres, el trabajo escultórico estuvo siempre unido al uso de la fuerza para su ejercicio y vinculado a la esfera pública como elemento conmemorativo. Nunca encajó con el perfil considerado procedente para una mujer. Pero ésta, gracias a su ingenio, logra salvar barreras encontrando en cada contexto la grieta de acceso a la formación que oficialmente le estaba vetada. Hasta finales del siglo XIX, tres serán las vías para el ejercicio de la escultura: por vinculación familiar con artistas-artesanos, que las ligaba al taller desde pequeñas; contrayendo matrimonio o manteniendo una relación afectiva con un maestro escultor, que les daba acceso indirecto a la práctica artística; o finalmente la pertenencia a la clase privilegiada, que les permitía contar con recursos económicos e influencias sociales para gozar de una vasta formación y encargos. Hay que tener presente que nos encontramos ante una tarea ímproba, en la mayoría de los casos, anónima y clandestina, fuera de toda posibilidad gremial, y por tanto, ajena a documentos contractuales. Este hecho ha impedido conocer en algunos casos los nombres y en otros...