
Los relatos de Carlos Castán distan mucho de ser perfectos, de técnica precisa y mecanismo ajustadísimo, esos cuentos que suelen acabar diseccionados y sin vida en las escuelas de escritura. Las historias de Castán sangran, están llenas de jirones. Castán escribe de personajes descolocados, sin mapas ni brújula. Tipos que escapan de repente en busca de lo que hubiesen podido ser de haber sido otros; que mueren mucho antes de morirse. Escribe de la cara y la cruz de la soledad, de tardes vacías, carreteras, planes y sueños, y del final del viaje y el anhelo de paz. Escribe de gentes que pierden trenes y también de los que se resisten, a pesar del cansancio, a los días repetidos. Escribe de la sed de intensidad, de cómo la libertad llena de arañas la conciencia y de cómo mantener a raya el miedo. Castán escribe con verdad, como si dejara constancia del eco de nuestros pasos por el mundo y consigue, para bien y para mal, que sus páginas acaben devolviendo a quien las lee una imagen esencial que reconocemos como propia.
La mala luz es una narración intimista acerca de la soledad y el cansancio. Una historia de luto y deseo que pretende tratar sobre nuestra condición humana y el problema de la identidad y el sentido. Es como un haz de preguntas lanzadas al aire sin demasiada esperanza. Hay sangre, hay miedo y hay una invasión del pasado en el tiempo presente. Al fin y al cabo, somos poco más que carne que recuerda. Es una trama sencilla atravesada de pensamiento, autoindagación y cierto temblor. La mala luz puede ser la del hastío de una tarde de domingo en uno de esos bares mal iluminados sobre los que se deja caer el vacío del mundo, la tierra de nadie que hay entre el esplendor y la oscuridad, el tiempo a secas, las horas sin más.
Si la política monetaria es uno de los aspectos de mayor importancia en cualquier estado, no lo fue menos en la época moderna para la Monarquía hispánica. La evolución y desarrollo de las decisiones en este ámbito aportan al estudio de esta etapa de la historia elementos imprescindibles. La moneda castellana en los reinos de Indias en la Edad Moderna presenta esta evolución desde las decisiones sobre moneda de los Reyes Católicos, quienes establecieron las bases del sistema monetario moderno con la Pragmática de Medina del Campo. Su posterior desarrollo se analiza hasta las últimas ordenanzas de Carlos III. La trascendencia internacional del real de a ocho, su sustento en las minas de plata de Indias, la política monetaria continuista y su adaptación a las corrientes europeas fueron los elementos definidores del sistema monetario estudiado. Este libro aporta, además, una visión de conjunto del sistema monetario hispano y de sus emisiones en las casas de moneda americanas.
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